Mirando el Horizonte sentí tus pasos venir a mí, suavemente te diste vuelta y tu silueta cubrió por completo los rayos del sol que calentaban mi cuerpo...
Cuando alce la mirada note con intensidad la manera como lentamente tu energía desvestía mi cuerpo...
Un cuerpo que solo deseaba ser poseído por aquel hombre extraño lleno de pasión y misterio que llego lentamente a aquel lugar; fue entonces cuando por instantes sentíamos que los pensamientos eran uno, parecía todo un momento único que se desvanecía entre silencios y pensares...
Allí en donde la tarde se convertía en noche, allí en donde las miradas cobraban vida...
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